En ocasiones, muchas personas buscan un cambio en su vida sin saber realmente cómo hacerlo. Antes de dar el paso, es recomendable reflexionar acerca de qué es aquello que te mantiene insatisfecho y qué puedes hacer para solucionarlo.

Hoy te hablamos sobre algunos aspectos importantes a la hora de cambiar de hábitos. Para lograr el éxito, quizá tengas que mirar desde una nueva perspectiva. ¿Te atreves? ¿Un cambio de hábitos?

Un hábito consiste en un patrón automático que hacemos sin pensar para poder hacer el máximo de cosas con el mínimo esfuerzo, es decir, para incrementar la eficiencia en el cerebro y el cuerpo.

El principal motivo por el cual muchas personas no consiguen su propósito de cambiar de hábitos es porque quieren hacerlo de la noche a la mañana, sin un guión ni unas pautas

Cambiar de hábitos hacia mejor en cuestión de una vida saludable, por ejemplo, te proporcionará un sinfín de beneficios. Tu salud aumentará, tu calidad de vida mejorará y te sentirás más preparado para enfrentar el día a día con una actitud positiva.

‘’No hay razón suficiente para no creer en ti y demostrarte que puedes conseguir lo que te propongas’’

¿Cómo cambiarlos?

Para cambiar de hábitos en busca de un estilo de vida saludable tienes que hacerlo con actitud. Si en alguna otra ocasión has intentado mejorar algunos aspectos de tu vida y no lo has conseguido…¡tranquilidad! Trata de afrontar el cambio desde una nueva perspectiva

1. Esfuerzo: 

Evita que ese nuevo hábito requiera un esfuerzo demasiado grande. Empieza por cosas más pequeñas y ve progresando poco a poco. Cuando queramos cambiar hábitos e incorporar uno nuevo, debemos empezar por algo fácil y que no nos genere estrés.

2. Motivación:

Está demostrado que cuando la motivación es intrínseca (viene del interior, de uno mismo) y su recompensa (aquello por lo que mente sabe que vale la pena mantener ese hábito) está asociada al crecimiento personal, a nuestros valores y al placer que se siente al realizar dicho hábito, éste será más sólido que cuando la motivación es extrínseca (algo externo: dinero; halagos…)

Sabiendo esto te animamos a que te hagas la siguiente pregunta…

¿De dónde surge el deseo de cambiar tus hábitos?

3. Establece una rutina clara:

Tienes que saber en qué va a consistir ese hábito y cuánto tiempo te va a llevar conseguirlo. Si, por

ejemplo, nos referimos a caminar, puedes establecer un número de minutos o contar pasos.

¿Qué esperas conseguir?

Si lo que estás esperando es que tu vida cambie de un día a otro… igual tus expectativas en cuanto a mejorar son demasiado altas. Los resultados, como en cualquier otro ámbito, son progresivos y se ven a medio o largo plazo.

Aprende a observar dónde están realmente esas señales si empiezas a comer bien, hacer ejercicio regularmente, reducir el estrés y mejorar tu descanso. Notarás mejora en tu resistencia al subir escaleras; en ese dolor de espalda que cada vez notas menos; esos pantalones que antes te quedaban ajustados ahora te quedan mejor; tu productividad trabajando…

Seguirás siendo siempre tú, ¡pero conociendo una versión mucho más mejorada!

¿Estás dispuesto a perseverar?

Si te has propuesto cambiar de hábitos tienes que tener en cuenta que al ser un camino a medio-largo plazo, tendrás muchas veces que echar mano a la disciplina y a la fuerza de voluntad para no tirar la toalla.

Si un día no entrenas o si comes algo que sabes que no te sienta del todo bien, ¡que no cunda el pánico! Lo importante es que vuelvas a tu rutina, que no pierdas de vista esa meta que quieres conseguir. Muchas veces vale más dar muchos pasitos pequeños y conseguir aumentar tu recorrido que no hacer pocos pasos grandes y apenas avanzar.

En los momentos de motivación cualquiera puede mantenerse fuerte. La verdadera dificultad está en resistir a los momentos débiles.

Ahora ya sabes que cambiar de hábitos es posible.

Está en ti la capacidad de decidirte a hacerlo.

Y nosotros siempre estaremos a tu lado para acompañarte si nos necesitas.